Un corazón anestesiado

Me hacía mucha falta escribir… Usualmente escribo cuando quiero compartir algo importante que me haya pasado a nivel personal o sentimental, pero también lo hago cuando quiero limpiarme o sanarme…

Durante el receso de Semana Santa estuve visitando Medellín y sus alrededores. Fue un viaje familiar muy lindo y enriquecedor. Mi hermana y su esposo vinieron de México a pasar esos días con nosotros, lo cual hizo muy feliz a mi hijo.

Me encontré bastante ocupada a mi regreso a Barranquilla después del break. No solo llegué muy enferma con una otitis media que me causó muchísimo dolor y que aún me tiene sorda del oído derecho, sino que además he estado bastante atareada con temas de trabajo.

El médico me mandó a hacer unos exámenes de rutina y un tratamiento con antibióticos  y medicinas bastante fuertes que me afectaron un poco el sueño.

Por lo general, me considero una persona enérgica, positiva y con buena actitud pero, en las últimas dos semanas, siento que todo me cuesta muchísimo trabajo. Ir a hacer ejercicio se ha convertido en una tortura y, en realidad, me siento muy pero muy cansada…

Por otro lado, había retomado el contacto con un viejo amigo con quien no hablaba hacía mucho tiempo. Disfrutaba mucho hablar con él porque, desde el principio, su discurso acerca de las relaciones amorosas fue genuino, o por lo menos así lo sentí.

Como no vivimos en la misma ciudad, nos habiamos puesto de acuerdo para vernos a finales de junio. Ya había cuadrado todo con él y tenía todos mis planes listos pero, para mi gran sorpresa, no sé nada de él hace más de 15 días…

No estoy preocupada porque algo le haya pasado, sé que él se encuentra bien, aunque  no he hecho ni el más mínimo intento por contactarlo. Ya se había portado así en otras ocasiones y, egoístamente, prefiero mantenerme alejada de una persona que presenta ese tipo de comportamiento.

Lo extraño aquí es que no siento absolutamente nada. Es como si de alguna manera, hubiera estado preparada para este desenlace. No me siento triste, ni lastimada, ni ofendida. Estoy tomando esto como si nada hubiera pasado, porque pienso seguir disfrutando el presente y no voy a cambiar mis planes de viaje aunque él ya no sea parte de ellos.

El sentirme asi de entumecida me preocupa. Me preocupa, porque siento que he pasado por tantos bemoles a nivel sentimental en los últimos años que casi nada logra sorprenderme. Lo más angustiante de esto es pensar que no podré volver a confiar o sentirme cómoda con ningún hombre.

No estoy escribiendo esto para que él lo lea – nunca escribo con ese fin. Tampoco lo hago para sentirme mal por haber confiado – son cosas que pasan y seguirán pasando. Lo escribo por mí, porque sé que me hará sentir mejor y eso es lo que importa al fin y al cabo.

En estos últimos días he valorado tanto el tiempo de calidad que he pasado con mi hijo y mis padres, mi tranquilidad y mi paz que más que nada quisiera mantener el statu quo, aunque me aterra pensar que, por esto que ha pasado con este señor, ya no quiera saber nada de relaciones amorosas.

En lo personal, siento que en ese tema tengo aún tanto por ofrecer, explorar y vivir, que no quisiera perdérmelo por nada del mundo, pero entonces me pregunto… ¿Será que mi corazón está anestesiado por completo? ¿O todavía existe la esperanza de recuperar algo de lo que antes sentía o podía llegar a sentir?

En esta semana que apenas comienza por fin logro ver las cosas con más positivismo. Tengo una cita más con el médico por el tema de mi oído y, según lo que me dijo la última vez, si el tema de la sordera no ha mejorado (y aun no mejora), tendrá que operarme.

Aunque he pasado por cosas más serias en temas de salud, tengo que confesar que estoy un poquito asustada. Pero estoy segura que todo saldrá bien sea cual sea la decisión que tome el médico.

Después de haber escrito esta corta reflexión me siento mucho mejor. Siempre hay que encontrarle el lado positivo a cualquier situación. Quizás muchas cosas buenas salgan de ese viaje que haré a finales de junio…

Sólo espero que, así como mi sordera es algo temporal – y sé que así es – el entumecimiento de mi corazón lo sea también.